El enfoque…
Una palabra clave para mi, muy sencilla pero determinante. Es tan significativa como el mismo sueño que deseas hacer realidad y me atrevo a decir que van de la mano.
Enfoque es sinónimo de rumbo, sentido, dirección; estas palabras indican que debes saber a dónde vas y lo sabes cuando tienes claro qué quieres lograr.
Tu eliges como recorrer tu camino, pero no te dejes de último lugar, lo indispensable es sumar siempre una idea o una acción, que aunque consideres pequeña, puede ser tu paso más grande, créeme.
Es probable que desencadenes una lluvia de ideas que estén acompañadas con acciones y así simplemente estarías creando más oportunidades para ti, por eso jamás subestimes el poder de tus ideas.
Desde mi punto de vista el mejor ejercicio es tomar lápiz y papel, tu computadora o tu teléfono y comenzar a responder preguntas que normalmente no te haces porque las desconoces o no crees necesitarlas, pero si, aunque no parezca, es muy útil hacerlas, por lo menos me ha funcionado, por ello las comparto y las menciono cada vez que puedo.
¿Qué quieres alcanzar?
Es una pregunta que es importante mantener presente y que nunca está demás responderla las veces que sea necesario, si la haz hecho anteriormente, es probable que tu respuesta sea igual a la última vez que la escribiste o puede variar porque descubriste que otras cosas te apasionaban mucho más.
También puede que te encuentras en un momento donde circunstancias externas te hacen dudar de si eso es lo que quieres; o por el contrario has reforzado tanto tu manera de pensar que tienes una idea más sólida y una respuesta más completa que la anterior.
Son muchas las opciones y es posible que estés en alguna de ellas, por eso me gusta comparar la última respuesta a la misma pregunta y ver si hay diferencia entre la anterior y la actual.
Si sigue siendo exactamente igual y tienes la seguridad de que eso es lo que quieres, entonces aún mantienes tu objetivo en la mira y estás trabajando con determinación por alcanzarlo.
Si sientes que la respuesta a esa pregunta ya no te llena, porque tal vez evaluaste y descubriste cosas de ti que te llevarán a buscar otras metas, te invito a poner ambas en una balanza y observa con qué te sientes verdaderamente feliz y en cuál de las dos consideras que puedes darlo todo y crecer mucho más.
Pienso que dependiendo de la ocasión a veces no es obligatorio elegir solo una, puedes intentar a ver cómo te va y a la larga ir evaluando. De lo que si estoy segura, es que lo que haces, debe hacerte feliz.
Incluso puedes hacer las dos que colocas en la balanza si te apasionan y te sientes en capacidad de organizarte para para cumplir con ambas, sin saturarte ni perjudicarte <Esto último es muy importante>.
Si es el caso donde te ves en la obligación de cambiar o posponer tus metas, por circunstancias externas (como me pasó muchas veces), has una pausa en este momento, pero ponle límite de tiempo a esa pausa y elabora un plan para organizar las actividades, sin descuidar lo que de verdad te llena.
En caso que existan circunstancias que te hagan tambalear, lo importante es que te mantengas de pie, sin perder de vista lo que quieres.
No olvides que cualquier acción suma; ya sea una idea que escribas, un libro que leas que te brinde aprendizaje orientado a lo que quieres alcanzar, un curso que realices, información que busques por internet, un blog; lo que sea.
Recuerda que todo suma, lo importante es no parar ¡No te detengas! Atrévete a ver qué pasa si no te rindes… mantén el enfoque.
Espero te haya motivado lo que acabas de leer, lo escribí con mucho entusiasmo para ti, hazme saber cómo te sientes ahora ¡Me encantará leerte y ayudarte a esclarecer tus ideas!