Recordar de dónde vienes, impulsa a saber hacia donde vas.
Hacer una pausa para dar un paseo por cada uno de los momentos de tu vida, es algo increíblemente valioso y me atrevo a decir que es extremadamente poderoso.
Al dedicarte ese instante para hacer un recuento, sientes que te mueves desde adentro y se torna hasta emotivo recordar todo lo que has construido; lo fuerte, imponente, determinante e incluso inocente que has sido en muchas ocasiones.
Sé que cada una de esas experiencias te ha enseñado lo fundamental y te ha traído hasta a el día de hoy.
Es justo después de allí donde empiezas a agradecerte más por todo lo que has logrado.
Quizás me equivoco, pero he notado que surge este agradecimiento mayormente cuando “todo está saliendo bien” ¿Pero cuando no sale como esperas, también te agradeces? Es una pregunta que vale la pena hacer en este o en cualquier momento.
¿Te ha pasado que la mayoría del tiempo te exiges un montón de cosas?
Yo pienso que eso es genial, porque ser exigente contigo está bien, me parece fenomenal, esa perseverancia y determinación hacen que logres lo que tienes en mente.
¿Pero qué pasa cuando por alguna razón, lo que tenías pensado, no pudo ser en ese momento? ¿Qué pasa cuando algo no sale como esperas?
Quizás lo primero que haces es iniciar una lista con preguntas interminables para determinar qué sucedió, pero aún así no encuentras la respuesta.
Tal vez te regañas, te enojas contigo y hasta con el mundo, puede que sientas un poco de tristeza o decepción, son tantas las emociones que me quedaría corta al escribirlas.
Si en algún momento, te encuentras en esta situación, solo quiero pedirte que respires profundo las veces que sea necesario, drena y dedícate unos minutos.
Detente a recordar todo lo que hiciste para llegar a este momento donde estás ahora, lo que superaste, enfrentaste y construiste de ti, por ti y para ti.
No cometas el error de pensar que el tiempo está perdido porque diste todo y “no sucedió lo que esperabas”, pausa el momento y recuerda detenidamente todo lo que aprendiste en el trayecto.
Observa que no estás con las manos vacías, al contrario; si dudabas alguna vez de tu capacidad, ya te demostraste que tienes la magia de hacerlo y que lo que viene será “pan comido”.
El hecho que no haya sucedido aún o que no haya sucedido como querías, no quiere decir que no vaya a suceder, recuerda tu historia y lo bien que se siente darte las gracias.
Ten presente que has sido muy fuerte en momentos difíciles, donde no tenías idea de cómo salir adelante pero tu luz interior iluminó tu camino y tu fuerza interna pudo más que cualquier obstáculo.
Justo ahora, dedicate estos minutos; agradécete, abrázate, y di en voz alta todo lo bonito que tienes para decirte, porque tu esfuerzo tiene un valor infinito.
En los momentos que no son tan buenos, es donde más debes reconocer lo grande que eres, mira hacia atrás con gratitud por todo lo vivido, incluye lo bueno y no tan bueno; dale más valor y amor a tu recorrido, te aseguro que te impulsará para trazar el camino hacia donde vas ¡Recuerda de dónde vienes!
Fortalece tu mente todos los días, no te subestimes ni menosprecies, respira, agradece a la vida y no dejes de soñar.
Dime qué cómo te sientes después de leerme y darte a ti misma ese abrazo, me encantará saber que te recordé tu superpoder; el amor a ti misma.
Tu puedes lograr lo que quieras; agradécete y mantén el enfoque.